13, el número de la discordia


    En la LOE se recogen ya una lista que enumera las funciones del docente. Quizá la que primero nos venga a la mente sea la primera; la enseñanza de contenidos. Sin embargo la función de la escuela queda coja si se desoyen los otros 11 ítems. Se pueden dividir grosso modo en cuatro ámbitos: docencia y evaluación, atención afectiva del alumnado, interrelación con otros (profesores, centro, familia, administración) y finalmente la propia formación permanente del docente.


a) La programación y la enseñanza de las áreas, materias y módulos que tengan encomendados.

b) La evaluación del proceso de aprendizaje del alumnado, así como la evaluación de los procesos de enseñanza.

c) La tutoría de los alumnos, la dirección y la orientación de su aprendizaje y el apoyo en su proceso educativo, en colaboración con las familias.

d) La orientación educativa, académica y profesional de los alumnos, en colaboración, en su caso, con los servicios o departamentos especializados.

e) La atención al desarrollo intelectual, afectivo, psicomotriz, social y moral del alumnado.

f) La promoción, organización y participación en las actividades complementarias, dentro o fuera del recinto educativo, programadas por los centros.

g) La contribución a que las actividades del centro se desarrollen en un clima de respeto, de tolerancia, de participación y de libertad para fomentar en los alumnos los valores de la ciudadanía democrática.

h) La información periódica a las familias sobre el proceso de aprendizaje de sus hijos e hijas, así como la orientación para su cooperación en el mismo.

i) La coordinación de las actividades docentes, de gestión y de dirección que les sean encomendadas.

j) La participación en la actividad general del centro.

k) La participación en los planes de evaluación que determinen las Administraciones educativas o los propios centros.

l) La investigación, la experimentación y la mejora continua de los procesos de enseñanza correspondiente. 

 

    Hay quizá un aspecto que no recoge esta lista y que puede ser interesante promover en los centro. Por eso propongo un decimotercer punto que haga mención a la interrelación entre materias. Estamos acostumbrados a que las asignaturas sean pequeños feudos de conocimiento al mando de un profesor que los reina despótico y cómodo, destacando bien sus límites. Pero como comenté en la presentación, los conocimientos no pueden compartimentarse en cajones estancos y poner barreras entre ellos es incluso perjudicial para la propia materia que se está impartiendo. En mi historia académica, pocos fueron los profesores que se salieron de su explicación para hacer menciones a otras materias y de hecho ninguno se atrevió a proponerme un trabajo valorado por dos o tres asignaturas a la vez. Si se pide a los docentes que sean un equipo en la atención cognitiva, afectiva y social del alumno, ¿por qué dejamos que los contenidos académicos se impartan de forma independiente? Quizá sea momento de dejar atrás el "cada loco con su tema" y empezar a funcionar realmente como un colectivo.

 

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